El británico firmó una de
las carreras más espectaculares de su trayectoria, ganando a Verstappen (2º) en
una cita en la que salía 10º y en la que hundió a Verstappen en una gran
batalla final. Hamilton se coloca a 14 puntos del líder Verstappen a falta de
solo 3 carreras para el final del curso.
Fue una auténtica batalla
por el Mundial. De aquellas que se recuerdan toda una vida, de las que ver
repetida dentro de unos años y decir con mucho gusto: ¡Qué dos
pilotazos! El GP de Brasil de F1 lo tuvo todo. Lucha,
agresividad, adelantamientos, defensas, polémica y la intriga y emoción de la
pelea entre dos de los grandes por una corona. Pero sobre todo, tuvo la épica
de una remontada espectacular de un Hamilton que el sábado, antes de la carrera
al sprint, era último y que hoy tenía 5 puestos de penalización en parrilla. Y
lo logró.
Hamilton ganó, por
muy imposible que pudiera parecer hace tan solo un día. Firmó uno de sus
triunfos más espectaculares. Se impuso a las adversidades y dio un tremendo
golpe anímico a su rival, dejándole claro que el título no está ni mucho menos
decidido y que va a pelear hasta el final. Una acción muy agresiva de defensa
de Verstappen en la vuelta 48, con los dos coches saliéndose por
fuera de la pista y la posterior inacción de Dirección de Carrera con Max,
le daban a Hamilton la motivación final que necesitaba para machacar
a su rival. La grada rugió como si estuviera viendo a su tan amado Senna.
Lucía un casco en homenaje al mítico piloto brasileño y ganó con
la magia con la que lo solía hacer el gran Ayrton.
Hoy, esté donde esté, tuvo
que aplaudir a Lewis. Como él solía hacer, nunca dejó de creer. Partía este
domingo a 21 puntos de Max y se marchó de Brasil a 14 a falta de 3 carreras.
Pudieron ser 13, pero Pérez, en clara labor de equipo, le quitó el punto extra
de la vuelta rápida en el último giro. Lo que hizo el piloto de 36 años
fue increíble. Ganó sus últimos 6 títulos porque tenía el mejor coche, sí.
Y en este GP de Brasil tuvo más ritmo que Max. Pero lo que hizo Lewis este fin
de semana solo pueden hacerlo los elegidos. Se reivindicó ante todos los
que le dejaban ya sin título.
Lewis Hamilton lo tenía
todo en contra. Parecía que podía tirar el Mundial en Brasil. En la carrera al
sprint del sábado tenía que salir último tras la descalificación de la ‘qualy’
del viernes por una infracción en su DRS por solo 0”2 milímetros. Sabía que por
muchas posiciones que adelantara el sábado, tenía otros 5 puestos de sanción
para la parrilla de la carrera del domingo. Cualquiera, en su lugar, se hubiera
hundido. No el 7 veces campeón, que se hizo gigante.
Salía 10º y en 5 giros era
tercero
El británico gritó a los
cuatro vientos que quiere este título y dejó más claro que nunca a Verstappen
que no va a arrodillarse ante el joven aspirante. Su corona tiene un
precio y Lewis no tiene previsto entregársela sin más. Se la tendrá que
ganar. El sábado, Lewis ya ganó 15 posiciones, del último al 5º, con un
recital de adelantamientos en solo 24 giros. Y este domingo, saliendo 10º,
tenía que seguir con su remontada. No podía aflojar ni fallar. Debía ir a
por todas. Encendido por todo lo ocurrido este fin de semana, el campeón sacó
toda su rabia e ira y la convirtió en una conducción magistral.
Eso es lo que hizo el de
Mercedes desde la salida. Pasando como un cohete a todos y cada uno de los
coches que se le ponían por delante. Con un coche muy superior en punta, en
solo 5 giros ya era tercero después de que Bottas, con la cabeza agachada, le
dejara pasar.
Información Cortesía: Noticiasbarquisimeto.com
Publicación: Lcdo. Jhoan
Gutiérrez Terán / World Stereo