Foto: Cortesía
El fuego lo enciende una actriz, seleccionada entre cientos
de miembros de la comunidad teatral de Grecia. El honor de encender el fuego de
los Juegos de Rio le corresponde a Karina Lehou. Engalanada en una toga blanca
y acompañada por un grupo de sacerdotisas, Lehou enciende la antorcha con el
reflejo de los rayos solares en un espejo cóncavo.
La antorcha encendida pasa luego a Eleftherios Petrounias, gimnasta griego y campeón del mundo en anillas en 2015. Luego, Giovane Gavio, dos veces medalla de oro en voleibol para Brasil, será el encargado de sacar la antorcha del antiguo estadio de Olimpia para que recorra Grecia. El 3 de mayo llegará a Brasilia.
La mitología griega venera el fuego como un elemento sagrado. Prometeo se lo robó a los diosesy estos crearon a Pandora con todas sus virtudes y le entregaron una caja de regalos para llevar a Prometeo. En ella estaban todas las desgracias. Prometeo abrió la caja, era el castigo de Zeus.
Pero en el acto, Prometeo había revelado los secretos de sabiduría y conocimiento guardados por el fuego. Los griegos mantenían una llama eterna ardiendo en sus principales templos, los protegía de cualquier desgracia. Los Juegos de la antigua Grecia se iluminaban con el fuego y el símbolo se convirtió en tradición de los Juegos modernos a partir de 1936.
La antorcha encendida pasa luego a Eleftherios Petrounias, gimnasta griego y campeón del mundo en anillas en 2015. Luego, Giovane Gavio, dos veces medalla de oro en voleibol para Brasil, será el encargado de sacar la antorcha del antiguo estadio de Olimpia para que recorra Grecia. El 3 de mayo llegará a Brasilia.
La mitología griega venera el fuego como un elemento sagrado. Prometeo se lo robó a los diosesy estos crearon a Pandora con todas sus virtudes y le entregaron una caja de regalos para llevar a Prometeo. En ella estaban todas las desgracias. Prometeo abrió la caja, era el castigo de Zeus.
Pero en el acto, Prometeo había revelado los secretos de sabiduría y conocimiento guardados por el fuego. Los griegos mantenían una llama eterna ardiendo en sus principales templos, los protegía de cualquier desgracia. Los Juegos de la antigua Grecia se iluminaban con el fuego y el símbolo se convirtió en tradición de los Juegos modernos a partir de 1936.
Redacción: Jhoan Gutierrez /
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