La leyenda presentada a
continuación por nuestro aliado Daniel Navarro Petit del @eljournaldedani , comparte similitudes
con otros aparecidos en otros lugares de Venezuela. Nadie sabe porque esta
mujer es vista por la carretera panamericana de Cocorote, muchos comentan que
fue alguien que perdió su vida por el lugar y su alma sigue penando por esta
arteria vial. Lo que sà sabe MarÃa es que
real y que no la dejó dormir por varios dÃas.
MarÃa, vivÃa por la
panamericana a la altura de San Jacinto le daba pánico asomarse por la ventana
de su habitación preferÃa mandar a su hermanito a cerrar la ventana por ella.
Un buen dÃa se encontraba cuidando a un familiar en el Hospital Central de San Felipe
pero fue relevada por otro familiar y decidió irse a descansar a su casa por lo
que tomó un taxi y se fue rumbo a Cocorote, al pasar la urbanización La Pradera
notó que el taxista disminuye la velocidad, bajó el volumen a la música y se
acercó al volante sin despegar las manos de él. Un silencio aterrador entró en
el carro y al percatarse de que algo sucedÃa le preguntó qué pasaba.
Mudo y espantado señaló con su dedo hacÃa adelante, mostrándole que una persona se encontraba caminando en la misma dirección en la que iban ellos, muy pegada a la orilla una mujer no tan alta, vestida de blanco, de larga cabellera caminaba despacio como si estuviera cansada. MarÃa entre el sueño que la invadÃa le pedÃa al chófer que acelerara pues querÃa llegar rápido, pero este parecÃa no escucharla.
Al
momento en que alcanzaron a estar cerca de la mujer, MarÃa se arrimó a la
puerta izquierda y a su derecha se encontraba la mujer que con la cabeza abajo
no dejaba ver su rostro, en ese momento se percató de que la mujer que tanto se
negó a ver algún dÃa estaba justamente cerca de ella, MarÃa gritaba pero ese
dÃa parecÃan ser los únicos que transitaban el lugar. ¡Vete de aquÃ!, ¡Descansa
en paz!, ¡Ay mi Dios esto no puede ser cierto!, eran algunas palabras que
lanzaba MarÃa al aire, mientras el taxista yacÃa paralizado y mudo, por un
momento reaccionó y aceleró el carro, al llegar a la dirección de la casa, ella
tenÃa miedo de bajarse del carro, sus piernas temblaban y el frÃo lo sentÃa en
los huesos. Le pidió al taxista que la acompañara a abrir la reja de la entrada
de su casa y allà quedaron paralizados cuando se percataron que la mujer estaba
al costado del taxista parada inerte emitiendo un sonido de quejido muy
aterrador. Cómo pudo MarÃa abrió la puerta y entró gritando muerta de miedo y
el taxista se metió a su carro y justamente tuvo problemas para arrancar.
La mujer desapareció pero dejó sus corazones
acelerados y un extraño olor fuerte, MarÃa lo comparaba con el olor de la
sangre en cantidad, del susto no pagó la carrera al taxista pero este al
siguiente dÃa recordó donde vivÃa la amiga y llegó hasta su casa para
preguntarle si eso habÃa sido solo un sueño.
Redacción: Lcda. Zuleydy
Márquez / World Stereo