Foto: Referencial
El amor al trabajo es un principio de los docentes de Fe y Alegría. Según dicen, también es la fuerza que los impulsa a trabajar por el derecho a la educación de los niños y jóvenes, aunque su remuneración sea insuficiente para comprar la canasta alimentaria.
Entre los dos salarios que paga el
Ministerio de Educación, hasta el 27 de abril, cuando aumentaron el salario
mínimo y ajustaron las tablas salariales, este docente ganaba 2 millones de
bolívares. Esos son poco más de 10 dólares mensualmente, al cambio oficial de
Bs. 190.431,08 por dólar del 29 de abril.
Es por eso que El Movimiento de
Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría ha hecho público el
"compromiso" total en medio de este contexto difícil que le ha tocado
vivir al país
El Director General, el Manuel
Aristorena, describe cómo se han organizado todos los programas del Movimiento
para abordar los desafíos educativos y comunicacionales que este momento
impone. Además hace un petitorio relacionado a las con las condiciones materiales
de existencia de lxs docentes que hacen vida en la conocida "Fe y
Alegría" y aboga por el mejoramiento de los ingresos de lxs docentes.
A continuación el comunicado
completo.
Desde el inicio de la cuarentena
social, Fe y Alegría, en consonancia con las directrices del MPPE, se activó
para responder y atender a los estudiantes.
Buscamos nuevos caminos para llegar a nuestros muchachos. Como no se
puede de modo presencial, optamos por la educación a distancia. Nos
reorganizamos en equipos de trabajo: pedagógicos y de comunicación. En lo
pedagógico integramos materias en áreas de conocimiento, priorizamos
competencias, saberes esenciales, diseñamos guías de aprendizaje en formato
escrito y de audio. Abordamos Pre-escolar, Primaria, Media General y Media
Técnica, Educación de Adultos y Técnicos Superiores Universitarios. Diseñamos estrategias
para llegar a los estudiantes: redes sociales, contactos telefónicos,
carteleras, papelógrafos y otras. Trabajamos los procesos lógicomatemáticos,
lecto-escritura, apoyo psico-emocional, ciudadanía e interioridad en proyectos
relacionados con la protección y prevención ante la Covid-19. Alimentamos la
esperanza, la convivencia familiar y la salud mental desde la perspectiva
cristiana de nuestra identidad.
Unimos esfuerzos por las
comunicaciones. Con la red de emisoras de Fe y Alegría (IRFA), produjimos: “La
Escuela en la Radio”, programa de radio de una (1) hora diaria, más otra de
reprogramación que complementa las guías de aprendizajes; “Sin Salón”, guías de
aprendizaje para la educación de jóvenes y adultos. Además ofrecemos “Una
Palabra Oportuna”, micros radiofónicos y de whatsApp de apoyo actitudinal,
psico-emocional y espiritual. Las
escuelas están cerradas pero el proceso educativo sigue adelante. Como siempre,
los micrófonos de Radio Fe y Alegría están abiertos para atender las demandas y
acompañar a la ciudadanía. Seguimos apostando por una comunicación con todas
las voces. Nos mantenemos haciendo periodismo para visibilizar la cotidianidad
de los sectores populares, indígenas y campesinos a través de los programas
informativos y la página web www.radiofeyalegrianoticias.com.
Nos ha tocado responder creativa y
rápidamente ante la situación. Esa es nuestra misión y nuestra responsabilidad.
Los educadores han respondido. Ha
podido más su vocación y compromiso que las condiciones adversas. Unos en
producción pedagógica. Otros en la organización del trabajo y de los equipos
para esta modalidad de educación a distancia, nueva y desconocida para muchos.
Otros en producción radiofónica. Todos en la búsqueda y contacto con sus
estudiantes y familias y en el desarrollo del acto educativo a distancia:
enviar los materiales, verificar su recepción, atender cantidad de llamadas de
estudiantes y familias a toda hora, hacerles seguimiento para saber a quiénes y
a cuántos llegamos y cuántos están quedando fuera. Para el 17/4 llegamos al 64%
(66.162) de los estudiantes desde pre-escolar, Primaria, Media General y Media
Técnica.
No ha sido fácil porque las
condiciones no ayudan. Tanto el personal como los estudiantes carecen de
equipos tecnológicos (teléfonos inteligentes, computadoras, tabletas…), unido a
la mala calidad del servicio telefónico y de internet, que ellos mismos pagan
de su bolsillo.
¡Es un privilegio contar con equipos
de educadores convencidos, comprometidos, valiosos, generosos y de
calidad! Damos gracias a Dios por todos
ellos.
Pero no podemos cerrar los ojos ante
una situación calamitosa, que puede echar por tierra todas las iniciativas y
esfuerzos: Las condiciones socio-económicas. El ingreso mensual de un educador
es miserable. Su capacidad para adquirir alimentos y bienes necesarios para
sobrevivir es reducidísima. No tiene como afrontar una enfermedad o cualquier
imprevisto. Todo ello genera en nuestro personal, preocupación, angustia,
incertidumbre, decepción y molestia.
La conclusión es evidente: si
queremos tener educación hay que mejorar sustancialmente las condiciones de
vida del personal. Es un reto para toda la sociedad venezolana porque está en
juego la educación de los estudiantes de todos los venezolanos. Nuestro
personal está asumiendo su responsabilidad. El país, la sociedad y el Estado
tienen que asumir la suya.
Hacemos un llamado a:
1. Reconocer y valorar el trabajo de
los profesionales de la educación (Docentes, Directivos, Administrativos y
Obreros), a través de una justa remuneración y una bonificación. Según la
Convención Colectiva Unitaria hay un retraso enorme en el ajuste salarial, no
cancelado oportunamente desde el mes de octubre de 2018.
2. Bonificación al personal docente
de “un monto único para todos” por el valor de 20 salarios mínimos, así mitigar
los efectos de esta emergencia.
3. Dotar al personal docente de las
herramientas tecnológicas necesarias para atender a la población estudiantil en
esta modalidad de educación a distancia: teléfonos inteligentes, computadoras
(Canaima o Tablet), conexión a internet, entre otros.
4. Establecer un plan de apoyo
temporal en alianzas con las empresas telefónicas para la recarga en el uso de
los teléfonos celulares.
5. Activar un plan de emergencia
para apoyar a las familias de los docentes con un combo de alimentos/proteínas.
6. Proveer a las familias de los
estudiantes, materiales y recursos educativos, que les permita realizar las actividades
escolares en el hogar.
7. Generar las condiciones de
movilidad y acceso a las comunidades que se encuentran en sectores periurbanos,
rurales e indígenas, a fin de poder brindar la educación a los estudiantes que
allí se encuentran.
8. Brindar seguridad y protección a
las sedes de las instituciones educativas, para evitar que sean robadas y
desvalijadas.
9. Mantener las infraestructuras
educativas en condiciones sanitarias necesarias para el retorno a clases, a fin
de evitar la propagación de enfermedades.
Desde Fe y Alegría reconocemos el
esfuerzo del MPPE en esta contingencia y estamos en disposición de seguir
trabajando juntos para afrontar esta crisis. Mantenemos la firme esperanza de
que sean atendidas estas solicitudes para la formación de nuestros alumnos y el
bienestar de nuestro pueblo.
Manuel Aristorena SJ
Director General de Fe y Alegría
Redacción: Lcdo. Jhoan Gutiérrez
Terán /World Stereo