El momento de la muerte es
algo inesperado, a pesar de que hay personas que señalan que se presiente, pero
en el caso de los jóvenes y niños que pasan a otro plano generalmente es por
algún accidente fatal. Las carreteras en construcción se han convertido en
blanco de muchas historias y cuentos paranormales que existen infinidades sobre
ellas.
La presente leyenda se
refiere a una niña de 6 años del pueblo de San Francisco, la
pequeña murió al ser atropellada por un
camión desconocido en la zona de la cual nadie pudo aportar mayores datos a
pesar de que se cuenta que todo ocurrió, cuando estaban construyendo la
carretera.
El trágico incidente lleno
de dolor a la familia quienes para no hacer más ruido de lo sucedido, tomaron
la decisión de sepultar a la
pequeña en el panteón de Jaral de
Berrio, Guanajuato.
Pero, a los pocos días del
entierro, la gente que vivía cerca del cementerio empezó a ver a una niña que
lloraba en el cementerio y se asomaba a la entrada, sin salir, atormentada solo
solicitaba en voz quebrantada que la llevaran a enterrar a la capilla de La
Merced de Jaral de Berrio, México.
El rumor del llanto de la
niña del cementerio, se corrió como pólvora, incluso muchos no se atrevían a
pasar en horas de la noche por las adyacencias, pues decían que la niña vestida
de blanco, corría detrás de ellos, entre lágrimas y gritos solo se le entendía
qué quería descansar y dormir en la capilla.
El sacerdote fue informado
y aunque hizo guardia, no pudo ver a la niña, pero accedió a trasladar sus
restos a la capilla por petición de la familia de la muertita.
La niña fue sepultada
discretamente en la capilla y ya no se volvió a ver su ánima en pena en el
panteón de Jaral de Berrio.
Desde entonces, en el poblado no se escuchó más el
llanto de la pequeña, hay quienes recuerdan la historia y la relatan,
otros incluso le llevan flores en su nueva
morada.
Redacción: Lcda. Zuleydy
Márquez / World Stereo