Sus implementos de trabajo son una botella de agua jabonosa y un haragán pequeño para eliminar residuos de jabón y así dejar limpio el vidrio del automóvil.
Foto: Cortesía
Son largas las horas de trabajo, con sus rostros quemados por la inclemencia del sol, sus ropas gastadas y muchas veces apenas logran reunir dinero para medio comer y pagar un alquiler.
“Diariamente se puede hacer entre 5 dólares y 8 dólares en promedio. Hay días muy buenos, otros no tan buenos, pero que sirven para comer y comprar una harina para la casa y reunir para el alquiler”, expresaron los chamos que inician su faena en el semáforo de la intersección vial entre la calle 26 y la avenida Las Américas de Mérida cada mañana bien temprano y pasan todo el día “echándole pichón a la chamba para no desanimarse y salir adelante”, relataron.
Mientras tanto, los dueños de los vehículos, algunos se molestan cuando estos muchachos ofrecen su servicio de limpiavidrios en el semáforo; otros acceden a que limpien el vidrio y les dan alguna propina que puede ser en bolívares o billetes en dólares.
Esta es la Venezuela de la supervivencia, donde hasta los niños se rebuscan para sustentar a sus familias y garantizar, aunque sea, los alimentos del día a día.
Información Cortesía: Lapatilla.com / Redacción: Lcdo. Jesús Quintero
Publicación: Lcdo. Jhoan Gutiérrez Terán (CNP: 24.778) / World Stereo